lunes, 29 de marzo de 2010

Plastic Beach: Albarn vuelve a demostrar como maneja

La verdad que me cuesta encontrar palabras para hablar de este ente, debería decir semi-dios (sin ánimo de encumbrar gratuitamente). Es que a cada cosa que hace me deja, almenos, igual de patidifuso que la anterior. Como ya bien sabréis Gorillaz ha sacado nuevo disco y han vuelto a lucirse. También es cierto algo, parten con ventaja: cuando dominas y utilizas tantos estilos musicales como lo hace Albarn, las combinaciones se hacen aun más infinitas y si encima le añades colaboraciones del nivel que nos encontramos en Plastic Beach ya no nos queda fórmula matemática que alcance tal número.

La cuestión, introducciones aparte, es que en “Plastic Beach” tenemos un disco muy Gorillaz donde el rap, la electrónica se juntan con elementos pop y rock para dar lugar a cancionzaca tras cancionzaca. Todo comienza una “Orchestral Intro”, con sinfonia ViVa, nada del otro mundo, pero un recurso que funciona y más si no se hace pesado como es el caso. La intro se funde con “Welcome to the World of the Plastic Beach”, que sin ser una de las grandes del disco (es que hay muchas como para igualarlas), nos sirve para entrar en la dinámica de la playa plástica. La cosa comienza a subir con “White Flag” que toma un toque especial con la participación de The Lebanese National Orchestra for Oriental Arabic Music. El toque árabe y la genial base musical (la cual se nos había venido anunciando en los anuncios previos a la publicación del disco), hacen que esta canción coja un aire familiar a las primeras de cambio.

Y ahora, siempre a mi parecer, comienza el bloque fuerte del disco, el cual es abierto por “Rhinestone Eyes”, una de esas canciones de Gorillaz que, cada vez más vagamente, nos recuerdan que Damon Albarn fue un icono del Britpop. Así pues, la melodía vocal se mezcla con toques de electrónica dando lugar a una canción que a mi me ha enganchado por completo. Acto seguido ya rompemos del todo dando paso al single "Stylo", donde el bajo recursivo se vuelve parte de la melodía del día a las primeras de cambio y Bobby Womack nos deja bocabadados con ese vozarrón soulesco que posee (para mi, que lo desconocía, una de las mejores sorpresas del disco). También condenadament pegadiza resulta “Superfast Jellyfish”, que es resultado del juguetón rap de De La Soul y del extraordinario y publicitario estribillo surgido de Gruff Rhys, miembro de, entre otros, Super Furry Animals y Mogwai. La cosa ahora se toma un descansillo, que es de ritmo, porque en absoluto de calidad, con “Empire Ants”, que comienza suave y bonita a la melodía que marca la voz de Albarn, secundado por la gente de Little Dragon. Todo comienza a subir para llegar a un final absorbente que enlaza perfectamente con la siguiente canción: “Glitter Freeze”. Creo que este corte es, opiniones personales aparte, uno de los mejores del disco. Pese que al inicio no podía dejar de recordarme gracias al bajo y a la percusión al “Uprising” de Muse, enseguida se encargan los sintetizadores de otorgarle una personalidad brillante a la canción, bien adornada (porque no me atrevería a decir colaborada, ya que casi pasa desapercibido) con la voz de Mark E. Smith (The Fall). Y, para los que lo estaban esperando, viene el plato fuerte del disco, al menos el más esperado seguro. Se trata de “Some Kind Of Nature”, la colaboración con Lou Reed y, siendo sincero, no decepciona, pero tampoco apabulla. Lou Reed se encarga más de hablar, le daremos el verbo canturrear como mucho, que de cantar. Es cierto que esperaba mucho más de esta colaboración pero no culpo de ello a la canción, ya que me gusta y fruto de ello la he escuchado mi número considerable de veces, sino a las expectativas, absurdas compañeras a la hora de escuchar creaciones de artistas tan consagrados. En fin, que no os dejeis engañar, “Some Kind Of Nature" merece la pena. Después de esto nos viene la oportunamente titulada “On Melancholy Hill” ya que desprende este sentimiento a la perfección. Bonita la melodía pop de Albarn y genialmente propuesta la base musical que le sirve de fondo. Finalmente, y cerrando este bloque que tanto disfruto una y otra vez, tenemos “Broken”, otra de las pocas, junto a la anterior, “Rhinestone Eyes” y el último corte del disco, “Pirate Jet”, en que Albarn se atreve a aparecer sin ninguna colaboración. En fin, una bonita canción que hubiera sido cojonuda para terminar el disco. A mi al menos no me hubiera molestado si la cosa se terminara aquí.

Lo que viene ahora es “Sweepstakes”, que se salva gracias al trabajo de Hypnotic Brass Ensemble ya que yo, que soy amante del rap en raciones pequeñas, sin desmerecer el trabajo de Mos Def, a estas alturas ya estoy un poquitín saturado de este estilo. Cosa mía, al que lo disfrute, suerte que tiene. Y ahora “Plastic Beach”, que es una canción cojonuda, pero cuando la disfrutas aparte y no al escuchar el disco, es cuando te das cuenta que la cosa queda un poquitín larga. Lo que sigo sin diferenciar es la aportación de los ex-Clash Mick Jones y Paul Simonon (quien también trabaja con Albarn en The Good, The Bad & The Queen), por lo que pido a quien sea capaz de darme alguna pista que lo haga inmediatamente sea por la via que sea. Para ir acortando (igual de larga se estará haciendo la crítica que el disco) vuelven Little Dragon con “To Binge”, que tampoco estaría mal unos puestos atrás, pero ¿cuál desbancas? Ahí la cuestión. “Cloud of Unknowing” vuelve a dar la oportunidad de intervenir a Bobby Womack, pero no alcanza, ni de lejos, la grandeza de “Stylo”. Finalmente, tenemos “Pirate Jet”, que de nuevo, gracias a la altura del disco, no termina de engancharme, aunque no significa eso que sea mala canción en absoluto.

Conclusión, “Plastic Beach” es un discazo de Gorillaz que no baja el ritmo de los dos anteriores y que, tras varias, te engancha durante un tiempo y de que manera. El único fallo es que hacia el final comienza a hacerse largo y no disfrutas canciones que son realmente muy buenas. Direis: ¡vete directamente al final! Pero, díganme ustedes, ¿cómo voy a irme al final dejando atrás toda la belleza que acabo de narrarles? Creo que es, después de escucharlo unas cuantas buenas veces, cuando comienzas a poder disfrutar más de la última parte, aunque aun cueste llegar si ello implica pasar de todo el bloque central.

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